Ironía Conyugal
Un matrimonio circulaba en su vehículo por la cordillera alpina sin decirse ni una palabra debido a una pelea que acababan de tener, y sin ninguna perspectiva de reconciliación. Mientras pasaban por una hacienda donde había varias mulas y cochinos, el esposo sarcásticamente preguntó:
– ¿Familiares tuyos?
– Sí… mis suegros.