Seis chistes matrimoniales
Un tipo roba un banco y toma rehenes. De pronto su máscara se corre y su cara queda a la vista.
Le pregunta al primer rehén si le vió el rostro cuando robaba. Éste responde que sí. El ladrón le dispara y lo mata.
El ladrón le pregunta al segundo rehén si también lo lo vió. Éste responde que sí. El ladrón le dispara y lo mata.
El ladrón le pregunta al tercer rehén si lo vio cuando robaba El rehén contesta:
-Yo no, pero mi mujer sí.
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– Los nuevos vecinos son tan amorosos- le dice al esposo una señora -él la besa, la abraza, la acaricia.
– ¿Por qué tú no haces lo mismo?
– ¡Porque yo casi no conozco a esa señora!
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Llega la mujer a la casa y el marido esta preparando una valija. La mujer le pregunta
– Que estas haciendo?
– Estoy preparando una valija.
– ¿Y para qué?
– Para irme a Australia.
– ¿Y para qué?
– Porque dicen que allá pagan 100 dólares por cada relación sexual.
La mujer también se puso a preparar una valija. Y el marido le pregunta:
– Qué estas haciendo?
– Estoy preparando una valija.
-¿Y para qué?
– Para irme a Australia.
– ¿Y para qué?
– Para ayudarte, porque no creo que vivas con 100 dólares al mes.
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Una mujer se levanta por la mañana, despierta a su marido y le dice:
– Cariño, he tenido un sueño maravilloso. He soñado que me regalabas un collar de diamantes por mi cumpleaños. ¿Qué querrá decir?
El marido le contesta:
-Lo sabrás el día de tu cumpleaños.
Llega el día del cumpleaños de la esposa y el marido entra en casa con un paquete en la mano. La mujer, emocionada, se lo quita, rasga nerviosa el papel, abre rápidamente la caja y encuentra un libro titulado:
‘El significado de los sueños.’
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Después de medio siglo de armonía total en el matrimonio, él muere y poco tiempo después ella también. Ambos, creyentes y practicantes van al cielo.
Allá en el cielo, ella busca al que fue su marido durante 50 años y corriendo hasta donde el se encuentra, lo abraza, lo besa, le hace infinidad de caricias y le dice:
-¡Querido, qué suerte encontrarnos nuevamente!
A lo que él responde:
– No me vengas ahora con tonterias, nuestro juramento matrimonial fue: ¡Hasta que la muerte nos separe!
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Están un hombre y una mujer en la cama, cuando de pronto suena el teléfono, la mujer atiende y dice:
-¿Sí?… está bien… no te preocupes… de acuerdo… okey… adiós.
El hombre le pregunta quién era, y la mujer le responde:
– Era mi esposo, dice que llegará tarde porque está cenando contigo