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Siete motivos de disgustos matrimoniales

Mi mujer se sentó a mi lado en el sofá mientras yo pasaba de canal en canal.
Ella preguntó: ¿Qué hay en la tele?
Yo respondí: Polvo.

Y ahí empezó…

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Llevé a mi mujer al restaurante. El camarero anotó primero mi pedido:
-Quiero chuletón poco hecho, por favor. El camarero pregunta:
-¿El Señor no está preocupado por la vaca loca?
-No, ella misma puede hacer su pedido.

Y ahí empezó…

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Cuando llegué a casa, ayer por la noche, mi mujer exigió que la llevara a un sitio caro, entonces la llevé a una gasolinera.

Y ahí empezó…

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Mi mujer y yo estábamos sentados en una mesa en una reunión del Liceo. Ella notó una chica sola y borracha que balanceaba su copa en una mesa próxima.
Mi mujer me preguntó:
-¿La conoces?
-Sí, dije yo. fué novia mía, empezó a beber después de separarnos, hace ya bastantes años y nunca más ha vuelto a estar sobria.
-¡Dios mío!, dijo mi mujer, nunca pensé que alguien pudiese celebrar durante tanto tiempo.

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Y ahí empezó….

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Después de jubilarme, fui hasta la Seguridad Social para poder recibir la carta de jubilación.
La mujer que me atendió solicitó mi carnet de identidad para verificar mi edad.
Busqué por todos lo bolsillos y me di cuenta que lo había dejado olvidado en casa.
La funcionaria dijo que lo lamentaba pero que tendría que ir a buscarlo a casa y volver más tarde. En esto, me dijo:
-Desabotone la camisa.
Entonces desabotoné la camisa, dejando expuestos mis cabellos crespos y plateados.
Ella me dijo:
-Este cabello plateado en su pecho es prueba suficiente para mi.
Y procesó mi jubilación. Cuando llegué a casa, conté a mi mujer, entusiasmado, lo que me había ocurrido. Ella me dijo:
-¡Vaya! ¿y por qué no te bajaste los pantalones? Podrías haber conseguido una invalidez permanente también.

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Y ahí empezó….

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Mi mujer desnuda, mirándose en el espejo de la habitación no está feliz con lo que ve, me dijo:
-Me siento horrible; parezco vieja, gorda y fea. Realmente preciso de un elogio tuyo. Yo le respondí:
-Tu vista está cerca de la perfección.

Y ahí empezó….

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Cuando regresé a casa después de ver al médico mi mujer, toda preocupada, me pregunta:
-Y, entonces, que te dijo el Médico?.
-Me prohibió comer cosas grasas, por lo tanto, creo que no volveremos a hacer el amor…

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Y ahí empezó….

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