Último adiós a Cuca Gacha
GUANAJUATO, MEXICO- A la tierna edad de 48 años murió Cuca Gacha, mascota del maestro Pancho Cola T., famoso compositor mexicano y autor de «La Cucaracha», canción que compuso como un homenaje a su fiel compañera cuando estuvo en la cárcel.
«La idea de componer la cucaracha me vino un dia que mi amiga Cuca llegó caminando de medio lado» Dice el autor sin poder evitar que se le salgan las lágrimas al recordarla.
Según los veterinarios que hicieron el levantamiento del cadáver, la insecta sufrió traumatismos en el tórax y la cabeza al ser atacada con un arma aún no determinada. Se discute si fué asesinada con una escoba o con una sandalia.
En su entierro la acompañó un grupo de mariachis (bastante mediocre, por cierto) que interpretaron como un último adios la canción de la cucaracha, la misma que le dió la vuelta al mundo (la canción, no la cucaracha) hace ya casi medio siglo.
Pancho Cola T, quien no tuvo hijos, pero es abuelo de 14 nietos, recuerda el día en que le vino la inspiración para componer la famos canción: «Tomé mi dulzaina para tocar una melodía triste, como de costumbre, pero cuando por error me eché a la boca a mi amiga Cuca y del susto la tiré al piso, no pude evitar su graciosa manera de bailar».
Tal vez Cuca tenía una habilidad innata para el baile, o quizás la tiró encima de una lata caliente, pero en ese momento Pancho compuso la segunda canción mas famosa del mundo, después del cumpleaños feliz. (no la compuso luego de cumplir años, sino que la primera canción mas famosa era el happy birthday y… ya me entendieron).
«Tal vez ahora les parezca una canción infantil muy tonta, pero en la época en la que la compuse, fué censurada por su letra, ya que en un comienzo decía: …Por que no tiene, por que le falta, una pata para andar. Algunos fanáticos dijeron que tenía mensajes subliminales y que poniendo el disco al revés se escuchaban los diez mandamientos, por lo que me obligaron a dejarla en su versión final que dice: …Por que no tiene, por que le falta, maracachafa que fumar». Argumentó Pancho sin que le hubiéramos preguntado nada.
Finalmente, Pancho juró sobre la tumba de su mascota (o mas bien masacota, por el estado de estripamiento en que quedó), que no descansaría hasta dar con el culpable que asesinó vilmente a la pobre Cuca.
Solo nos queda rezar mucho por ella, para que descanse en paz y que ojalá no se la coman los gusanos.