Cinco chistes sexis

Carmen era una chica que estaba a punto de cumplir quince años, por lo que su madre, preocupada, se pasaba el dia diciendole:
-Hija, por favor, ten mucho cuidado con los hombres… primero te invitan al cine, te empiezan a tocar todo, te llevan a su apartamento, te besan, te quitan la ropa y despues, ya sin braguitas, se te suben encima y te deshonran.
-Dicho y hecho. Carmen conoce a un chico y este la invita al cine. A mañana siguiente, Carmen llega a casa toda despeinada y le dice triunfalmente a su madre:
-Mama, pasó exactamente como me dijiste, Juan me invitó al cine y me tocó por todas partes despues me llevó a su apartamento, empezó a besarme y a quitarme toda la ropa. Pero cuando me quitó la braguitas, me dije ¡adelante… me subí yo encima y lo deshonré a él y a toda su familia!

——————————-

Un hippie sube a un autobús. En uno de los asientos está sentada una bella
monja. El hippie se acerca y le dice si quiere tener sexo con él. La monja,
sorprendida, declina amablemente el ofrecimiento y se baja en la parada
siguiente. El chofer del bus llama al hippie y le dice:
– Si quieres, yo puedo decirte cómo enganchar a la monja. Todos los jueves a la
medianoche, esa monja va al cementerio a rezar. Si te pones una túnica blanca y
una máscara que brille en la oscuridad, le puedes decir que eres Dios y
ordenarle que tenga sexo contigo.
Al hippie le parece una excelente idea, y al jueves siguiente, a la medianoche,
está escondido en el cementerio, con la túnica y la máscara. Cuando llega la
monja, el hippie salta y le dice:
– ¡Soy Dios! he escuchado tus plegarias y he decidido responderlas, pero
primero deberás tener sexo conmigo…
La monja accede, pero le pide que sea sexo anal, de manera de conservar la
virginidad, dado que esta casada con la iglesia. El hippie está de acuerdo y lo
hacen. Al terminar, se arranca la máscara de la cara y le grita:
– ¡Ja, Ja, Ja ! Soy el hippie!!
Y la monja le responde:
– ¡Ja, Ja, Ja ! Soy el chofer del autobús!

——————————

A un hombre se le muere la suegra y se dirige al periódico para publicar el obituario.
El hombre entra a la oficina de anuncios y dice:
– Quiero poner un anuncio por la muerte de mi suegrita.
– Muy bien señor, le adelanto que son $10 por palabra.
– Murió Josefina.
– Disculpe, creo que no me expliqué bien, son mínimo 5 palabras, o sea $50.
– Pero yo sólo quiero gastar $20.
– Ya le dije que no puede ser, así que si quiere se va un rato y vuelve con las 5 palabras…
El hombre se va molesto y regresa a los 10 minutos y dice:
– Ya se qué poner en el anuncio…
– Si, dígame…
– Murió Josefina…
– ¿Y las otras 3 palabras?
– ¡Vendo Toyota Corolla!

——————————

Estaban un sádico, un masoquista, un asesino, un necrófilo, y un piromaníaco sentados en un banco de jardin, sin saber como ocupar su tiempo.
-Vamos a pegarle a un gato y a torturárlo, dice el sádico.
-Vamos a pegarle a un gato, a torturarlo y a matarlo, dice el asesino.
-Vamos a pegarle a un gato, a torturarlo, a matarlo y a violarlo, dice el necrófilo.
-Vamos a pegarle a un gato, a torturarlo, a matarlo, a violarlo y a prenderle fuego, dice el piromaníaco.
-¡Miau!…dice el masoquista.

——————————
Dos enanos viejos y solteros, que nunca en su vida habían tenido relaciones sexuales, deciden ir con unas prostitutas a un hotel y hospedarse en habitaciones contiguas.
A la mañana siguiente se encuentran:
-¿Cómo te fue anoche?
-Mal, nunca se me pudo parar y no pude tener sexo con ella.
-¿Y a ti cómo te fue?
-A mí me fue peor…
-Lo has de decir para que no me sienta mal, porque yo oí como rechinaba tu cama y además, te escuchabas agitado.
-No es lo que tú crees: ¡En toda la noche no pude subirme a la cama!