Muñeca inflable para perros
Ojalá hace 10 años se hubieran inventado estos juguetes eróticos caninos para desfogar la energía acumulada de Benitín, un perro grosero que tenía doña Amanda y se me trepaba a la pierna (el perro, no doña Amanda) en Santander de Quilichao, donde viví unos meses en 1996.
Eso sí, hay que entrenar al perro para que la limpie él mismo.
Vía gizmodo
Dios mio ya no hayan que inventar, pero por lo tanto yo ya encargue mi dotacion de muñecas para firulais!!! El pobre se emociono tanto cuando vio la imagen, que no me pude resistir!!!
¡Jooodeeeeer, que cosas se ven!
Voy a conseguirme un juguetico de esos. No sólo por la tranquilidad de mi perro, sino también paar el descanso de mi pierna derecha.