Estaba una fregona por Enero
Estaba una fregona por enero
metida hasta los muslos en el río,
lavando paños con tal donaire y brío
que mil necios traía al retortero.
Un cierto conde, alegre y placentero,
le preguntó por gracia si hacía frío.
Respondió la fregona: «Señor mío,
siempre llevo conmigo yo un brasero».
El conde, que era astuto y supo dónde,
le dijo, haciendo rueda como pavo,
que le encendiese un cirio que traía.
Y dijo entonces la fregona al conde,
alzándose las faldas hasta el rabo:
– Pues sople este tizón Vueseñoría.
Quevedo.
Interesante, no sabía de este poema quevediano.. Yo vengo recopilo todos los que hablan de comida, en plan más o menos, satíricos, como los N.Fernandez Moratín, pero al caso aquí tenéis éste de Gonzalo Cantó en la Revista «Madrid Cómico»:
“Pura, que por Carnavalha
un año se disfrazó,
a Tadeo se encontró
en un baile, no sé cual.-
¿Quién eres?, dijo Tadeo;
y ella dijo: – Criatura,
¿no me conoces?, soy Pura.
Y él añadió: – No lo creo”.