La teoría del Internet muerto: ¿el fin de la era humana online?
(O cómo hemos llegado a un punto donde los camarones también son influencers)
Si alguna vez te has sentido perdido en la inmensidad de likes sin sentido en las redes sociales o te ha tocado leer noticias que parecen escritas por alguien con el carisma de un robot… bueno, quizá no estás tan lejos de la verdad.
Según la Teoría del Internet Muerto, hay una razón detrás de todas esas publicaciones raras que ves mientras navegas. ¿La razón? La mitad del internet está lleno de bots y contenido generado por IA, y sí, esa es la versión optimista.
¿Qué es la Teoría del Internet Muerto?
En resumen, esta teoría afirma que el internet ya no es lo que era. Ahora está lleno de bots, IA y algoritmos que, de alguna manera, han logrado dominar la conversación digital. Lo que antes era un espacio de creatividad humana y memes originales ahora es un escenario de bots charlando entre sí, mientras nosotros, los simples mortales, observamos desde las gradas.
Pero, ¿qué pruebas tenemos de que la internet ha sido invadida por seres no humanos? Aquí es donde entra la estrella del show: Shrimp Jesus.
El Milagro de Shrimp Jesus
Imagina que te despiertas una mañana, abres tu Facebook con la esperanza de ver una que otra foto de gatitos o el meme del día… y ¡pum!, te encuentras con Shrimp Jesus! Un extraño collage de Jesús hecho con camarones y cangrejos. Sí, como lo lees, Jesús versión mariscos. ¿Qué es esto? ¿Una nueva corriente artística? ¿Un mensaje divino criptozoológico?
No, amigo lector. Shrimp Jesus es la viva (bueno, semi-viva) prueba de que la teoría del Internet muerto está más viva que nunca. Este fenómeno, aparentemente generado por IA, ha acumulado miles de likes y reacciones. Pero, ¿de quiénes? De otros bots, por supuesto. Así, estos algoritmos y sus granjas de contenido generan imágenes bizarras que, como por arte de magia (o camarones), buscan atraer más tráfico a cuentas spam.
¿Deberíamos preocuparnos?
Quizá no tanto por Shrimp Jesus, que en el peor de los casos solo te hará perder algunos minutos de incredulidad frente a la pantalla. Pero, según algunos expertos, este tipo de contenido puede ser la fachada de actividades menos inocentes: desde vender productos falsos hasta robar datos o hackear cuentas. Así que, por más divertido que sea ver a Jesús transformado en crustáceo, puede haber intenciones algo más turbias detrás de esas imágenes.
¿Qué nos depara el futuro?
Si bien no parece que estemos siendo manipulados por una conspiración global de bots (aunque quién sabe), la proliferación de contenido generado por IA y bots sí plantea una pregunta inquietante: ¿seguimos siendo los protagonistas en nuestra propia historia digital? O peor aún: ¿habremos dejado que los camarones tomen el control?