Gran triunfo de los enanitos basquetbolistas
HARLEM – Tremenda sorpresa se llevaron ayer los fanáticos de los Chicago Balls, al perder un partido de práctica contra los Enanitos Basquetbolistas 110-8. Los más perjudicados fueron los apostadores, que creían tenerlo todo ganado. Algunos perdieron hasta 60.000 dolares.
Los asistentes al Shuffle Stadium no podían creer lo que se vivió la noche anterior, en la que el enanil equipo, con toda clase de maniobras circenses y equilibrísticas derrotó por amplio márgen a equipo local. Los enanitos basquetbolistas son una división de el famoso grupo de los enanitos toreros, que por generaciones han hecho las delicias de grandes y menos grandes en todo el mundo.
Su director técnico, el enanito gruñón, explica la razón de su triunfo: «Llevamos varios años preparándonos para ser los mejores. Todos los días practicamos seis horas diarias y solo hacemos pausas cortas».
«Primero empezamos a practicar lanzando el balón a la caneca de la basura, y luego hemos ido subiendo la altura de los aros hasta lograr encestarla en una cancha normal», dice Gruñón, pero sin poder ocultar su felicidad.
El equipo está conformado por Tontín, que hace de poste y por eso nadie se la pasa, Triste, que conmueve a los opositores para distreaerlos, Estornudín, que se encarga de poner resbalosa la cancha, Sabiondo, que inventa las tácticas en medio del juego, y Tímido, que no quiso dar declaraciones.
El entrenador ha utilizado un sistema revolucionario de motivación musical, usando para los entrenamientos música como «Los enanos si bailan», «Churin, churín fun flais», de Chespirito, y canciones de Nelson Ned. «Si viera como se ponen, se divierten como enanos» Agrega el enano Gruñon.
El partido de anoche es tal vez el mas espectacular y sorprendente que se haya visto en mucho tiempo. Los enanos hacían pirámides, saltos mortales, llaves de karate y movimientos sorprendentes en centésimas de segundo. Muchos de los asistentes, en especial los perdedores, pidieron una prueba anti-doping, que tan solo arrojó unos pequeños restos de chile con carne, que no es suficiente para turbocargar de esa manera a los pequeños ganadores.
Una de las canastas mas espectaculares de la noche se vió en el segundo tiempo, cuando sin darse cuenta, Magic «Michael» Johanessonberger lanzó el balón con todo y enano, el cual impidió que entrara en la canasta y anotó desde ahí una cesta de tres puntos.
El Diario Nocturno estará pendiente de estos rutilantes astros del basquetball. El futuro se ve prometedor para estos «pequeños gigantes» del baloncesto. Una película, libros, cds de música y hasta propuestas para aparecer desnudos en revistas científicas les han llovido desde anoche.