Picardía Angelical
Siempre cuando la amada resolvía
desnudarse y al lecho irse cansada,
el Angel de la Guarda, que bobada,
de la alcoba al momento se salía.
Loco por ver su desnudez rosada
mirar por las rendijas solo hacía,
y si caer las ropas él oía,
lucía al punto un ala chamuscada.
Cierta noche aquel ángel inocente
en un espejo vio desnudo, ardiente,
ese cuerpo de Venus dominguera.
Y del amor oyendo su consejo,
esperó que la dama se durmiera,
tornó a la alcoba y se llevó el espejo.
CIRO MENDIA, Colombia
que cosa mas tierna!! me parecio precioso
Realmente bello… con un final de una candidez increíble!