Mi primer nieto -Soneto tierno
Es su vida, su bien, su luz, su cielo;
es el supremo amor de la hija mía
que cuida de él con maternal desvelo,
y en sus brazos lo lleva noche y día.
Ya lo abriga y calienta con recelo,
ya lo arrulla cantándole a porfía,
y ya con él se arrastra por el suelo
riendo a un tiempo y llorando de alegría.
Y el felice rapaz que así en mi casa,
entre sedas y holán, la vida pasa
cansado a mimos y comido a besos;
este mi nieto carilucio y guapo…
se llama Pepe, me costó diez pesos,
y es un muñeco atroz de puro trapo.
Víctor Eduardo Caro