Siete chistes matrimoniales
Desde ayer estoy muerto en vida.
Anoche, mi esposa y yo tocamos el tema de la eutanasia. Dije a mi esposa:
-Si tengo muerte cerebral, nunca me dejes vivir en estado vegetativo, sin contacto con la realidad, si me ves en ese estado, desenchufa, óyelo bien, desenchufa todos los artefactos que me mantienen vivo, prefiero morir.
Ella se levantó, desenchufó el televisor, la computadora y el internet.
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Un señor quiere llevar a su esposa a la ópera para celebrar las bodas de plata.
La esposa, realmente inculta, al arreglarse comienza a echarse spray en las axilas, los brazos, en la cara, el torso y la espalda. El marido cansado de oír tanto ¡Pis! le dice:
-¡Juana!, ¿y el agujero de ozono?
-¡Ah si! se me olvidaba… ¡Pis!
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Resulta que para entrar al cielo, había una entrada para hombres y una para mujeres. En la entrada del cielo para las hombres, habia dos puertas, una con un letrero que decía: «Mi mujer mandaba en mi casa». Y otra con un letrero que decía «Yo mandaba en mi casa».
En la primera puerta, había una cantidad enorme de hombres esperando, mientras en la segunda puerta, no había nadie. De repente, uno de los interesados por pasar, tomó la opción de entrar por la segunda puerta. Todos los presentes se sorprendieron y cuchicheaban entre si, hasta que alguien se animó a preguntarle al recién llegado, el por qué había elegido esa puerta, a lo que el hombre respondió:
-Es que mi mujer me dijo que me formara aquí.
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Una pareja había estado discutiendo durante semanas la compra de un automóvil. Él quería una camioneta nueva. Ella, un auto compacto, de tipo deportivo, para ir rápidamente entre el tráfico pesado de la ciudad. El hubiera estado de acuerdo incluso con un vehículo usado, en tanto que todo lo que a ella le gustaba, tenía precios fuera del alcance del presupuesto de la pareja.
-Fíjate, mi amor, quiero algo que vaya de cero a 100 en 4 segundos o menos. Y ya viene mi cumpleaños. Podrías darme la sorpresa.
Él le hizo caso y cuando llegó el cumpleaños… le regaló una flamante balanza para el baño.
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Los servicios fúnebres tendrán lugar pasado mañana, en el Velatorio del Cementerio Principal. Debido al estado del cuerpo, el ataúd se mantendrá sellado. Por favor, en vez de arreglos florales, envíe sus donativos a la «Fundación Piensa bien antes de decirle cosas a tu esposa»
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Era un señor a quien su esposa siempre lo golpeaba. Como vivía en un edificio, todos oían los trancazos. Un día llegando del trabajo; un vecino le dijo:
-Vecino, todos oyen que su mujer le pega; no se deje, ¿o es usted idiota?
– No, vecino, pero es que mi mujer sí está fuertota .
– Mire, le voy a dar un consejo. Para guardar las apariencias… cuando ella le esté pegando, usted grita fuerte como si quien estuviera dando los golpes fuera usted.
– Ah…..caray, o sea que cuando ella me pegue, yo grito como si la estuviera reventando a ella.
– Claro, vecino… ¡Así todos creerán que usted es bien macho… De una vez, hágalo ya, como se va para su casa. Y se fue el hombre y llegó a su casa, donde su mujer ya lo estaba esperando con el rodillo. La mujer le suelta el primer golpe y él grita:
– ¡Toma so grandísima hija de tu madre!
La señora, tiene otro arranque de furia, vuelve a darle más fuerte con el rodillo y el señor, sigue:
-¡Toma para que se te quite lo estúpida, ya no aguanto más!
Completamente fuera de sí, la mujer lo agarra y lo avienta por la ventana y el señor grita:
– ¡Es más, ya me voy!
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Llega un hombre a su casa, y de un grito le dice a su mujer:
-¡Flora, prepárate para hacer el amor cinco veces!
-¿Tan excitado vienes?
-No. Vengo con cuatro amigos.