Chistes

Tres chistes variados

Una pareja está preparando el divorcio, y dice ella:
-«Yo me quedo con el nene, Ramón…»
-«¿Y eso por qué?»
-«Pues porque es mío, no tuyo… dice ella.
-«¡Pero si tampoco es tuyo!»- contesta el .
-«¡Cómo que no!? ¿Y quién lo parió?»- pregunta ella.
-«No sé… ¿Tú te acuerdas el día que nació, estando en la Maternidad, que se ensució y me dijiste que lo cambiara?»
«Sí…»
-«Pues.. ¡Lo cambié!»

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Se encuentran Venancio y Roberto, pero éste último llevaba un
pingüino de la mano, y Venancio le pregunta:
– «Oye, Roberto, ¿pero qué haces con ese pingüino?»
– «Pues nada, que me lo he encontrado, y no sé qué hacer con él»
– «Si serás tonto, Manolo, ¿por qué no lo has llevado al zoológico?»
– «Hombre, pues qué buena idea. Hoy mismo lo llevo al zoológico…»
Al día siguiente se vuelven a encontrar, pero Roberto sigue con el pingüino, por lo que Venancio, extrañado, le pregunta:
– «¿Qué ha pasado contigo, Roberto, no habías dicho que llevarías al pingüino al zoológico?»
– «Hombre, pues lo he llevado, y nos hemos divertido tanto, que hoy nos vamos al circo…»

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Una pareja en su primera cita decide concurrir a un hotel para concretar el comienzo de una relación amorosa.Cuando están camino del hotel, el caballero se da cuenta de que no lleva dinero en efectivo, y acuerda con la dama que ella se haga cargo de los 500 euros que costaría el alojamiento… y que, al día siguiente, él le reintegraría el importe.
Efectivamente, al día siguiente según lo prometido, el caballero decide enviar a la dama un cheque a través de su secretario, pero para que éste no se enterara del auténtico motivo, le da a entender que el dinero es en pago por el alquiler de un apartamento. Sin embargo, se arrepiente de la relación, y decide enviar un cheque de 250 euros en lugar de los 500 acordados. Y dictó al secretario la siguiente carta:

Estimada señora:
Le envío 250 euros en vez de los 500 acordados en pago del alquiler del apartamento, pues esperaba que fuera otra cosa distinta.
Esperaba un apartamento sin estrenar, que tuviera calefacción, y que fuera pequeño y cómodo. Y resultó ser todo lo contrario: estaba usado, era frío, y amplio.

Atentamente,

Señor Disconforme.

Al recibir esto, la joven señora le contesta:
Estimado caballero:
Le devuelvo su dinero, pues no lo necesito. Sin embargo, en referencia a cuanto dice su carta, debo decirle que tenía que saber que tratándose de un apartamento tan bonito, no podía estar sin estrenar, que no es que no tuviera calefacción, sino que no supo encenderla, y, finalmente, que yo no tengo la culpa de que usted no tenga suficientes muebles para llenarlo.

Atentamente,

La dueña

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