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Elefante terrorista secuestra avión

SAN JUAN DE RIOSECO – En una historia que parece sacada de la imaginación enferma de Waldo Disni, «Petoso», el paquidermo del Circo Chino se tomó a la fuerza un avión que lo transportaba a la ciudad de New York City.

El enfurecido animal agarró literalmente a trompadas a los tripulantes de la aeronave cuando ésta se encontraba en pleno vuelo, tomando como rehén a Marisa Sánchez, azafata. Según parece, el elefante viajaba en la sección de carga, pero engañó a sus guardianes haciéndose el enfermo. En el momento en que abrieron la jaula, el animal subió al área de pasajeros y se dirigió a la cabina de mandos ante la mirada atónita de la gente.

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Uno de los guardianes preparó un dardo tranquilizante, con tan mala fortuna que en medio de la confusión se lo puso a la famosa cantante de ópera Cármen de Bizet, que viajaba en el mismo vuelo.

Al momento de publicar éste diario, el avión se encontraba parqueado en el aeropuerto John F. Kennedy, mientras un negociador del FBI hablaba con el elefante, con escasos resultados, pues como era un elefante africano, no le entendía nada.

Eso si no suelta por nada del mundo a la pobre azafata, y la aprieta cada vez mas. Nuestro diario pudo establecer que «Petoso» lleva trabajando en el circo desde 1980, y que ya se había investigado a su dueño por maltrato, pues a punta de golpes y patadas era obligado a actuar vestido de payaso en cuatro funciones diarias.

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El dueño, cansado de que «Petoso» lo maltratara, lo estaba mandando a New York de vacaciones, a ver si se le bajaba el stress. Psicólogos consultados dicen que el animal sufre del popular síndrome de Dumbo, en el que se piensa obsesivamente con volársele a su dueño.

Además, opinaron los psicólogos, no sería de extrañar que la azafata terminara sufriendo de síndrome de Estocolmo, en el que las vístimas de secuestro acaban sintiendo hacia sus captores un sentimiento de «esto es el colmo». Estaremos pendientes del desenlace de esta historia, pues mientras los negociadores del FBI aspiran a que se rinda, el paquidermo aspira maní con su trompa. El plan ultrasecreto consiste en darle maní con un poderoso somnífero, paquiduerma.

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